domingo, 14 de abril de 2013
Polimetilmetacrilato
también conocido como
PMMA, se obtiene a través de la polimerización del metacrilato de metilo y la presentación más frecuente que se encuentra en la industria del
plástico es en gránulos ('pellas' en castellano; 'pellets' en inglés) o en
láminas. Los gránulos son para el proceso de inyección o extrusión y las
láminas para termo formado o para mecanizado. Se destaca frente a otros
plásticos transparentes en cuanto a resistencia a la intemperie, transparencia
y resistencia al rayado.
Por estas cualidades es utilizado en la industria del automóvil,
iluminación, cosméticos, espectáculos, construcción y óptica, entre muchas
otras. En la medicina se utiliza la resina de polimetilmetacrilato para la
fabricación de prótesis óseas y dentales y como aditivo en polvo en la
formulación de muchas de las pastillas que podemos tomar por vía oral. En este
caso actúa como retardante a la acción del medicamento para que esta sea
progresiva.
Las aplicaciones del PMMA son múltiples, entre otras señalización,
expositores, protecciones en maquinaria, mamparas separadoras decorativas y de
protección, acuarios y piscinas, obras de arte. Las ventajas de este material
son muchas pero las que lo diferencian del vidrio son: bajo peso, mejor
transparencia, inferior fragilidad. De los demás plásticos se diferencia
especialmente por su mejor transparencia, su fácil moldeo y su posible
reparación en caso de cualquier raya superficial. La posibilidad de obtener
fibras continuas de gran longitud mediante un proceso de fabricación
relativamente barato hacen junto con su elevada transparencia que sea un
material muy empleado para la fabricación de fibra óptica. El PMMA no es tóxico
si está totalmente polimerizado. Su componente el MMA (monómero de metacrilato
de metilo) si lo es en fase líquida. Entre sus propiedades destacan: Transparencia de alrededor del 93 %. El más
transparente de los plásticos. Alta resistencia al impacto, de unas diez a
veinte veces la del vidrio. Resistente a la
intemperie y a los rayos ultravioleta. No hay un
envejecimiento apreciable en diez años de exposición exterior. Excelente aislante térmico y acústico. Ligero en comparación con el
vidrio (aproximadamente la mitad), con una densidad de
unos 1 190 kg/m3 es sólo un poco más denso que el agua.
De dureza similar a la del aluminio: se raya
fácilmente con cualquier objeto metálico, como un clip. El metacrilato se
repara muy fácilmente con una pasta de pulir.
De fácil combustión,
no es autoextinguible (no se apaga al ser retirado del fuego). Sus gases tienen olor afrutado y crepita al
arder. No produce ningún gas tóxico al arder por lo que se puede considerar un
producto muy seguro para elementos próximos a las personas al igual que la
madera. Gran facilidad de mecanización y moldeo.
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